domingo, febrero 03, 2008

Zoológico, loros y amistades

Primera visita al zoológico con Renata. Muchas cosas podría relatar de esa experiencia, dejo acá algunas de esta visita a los "mimales".
Me gusta ver a Renata "fluir" en este tipo de experiencias, quizás bastante de eso que Laura Gutman habla de los niños como seres "fusionales", simplemente están allí y se compenetran con todo... De hecho ocurren cosas sorprendentes en esos momentos de conexión con el lugar. Por ejemplo, Renata aprendió a subir y bajar escaleras en el zoológico, sin dificultad se soltaba de mi mano para caminar, para mirar, para estar... aunque algunos momentos fueron algo difíciles, porque es difícil conducirla cuando está con tanto afán de autonomía, yo digo que anda rebelde, porque no encuentro otro término, y sucede que últimamente es recurrente que no quiera moverse de donde está o cosas parecidas, y me toca administrar, diría, casi de esas famosas pataletas... no sé qué será, si será solo parte de su crecimiento y el hecho de que está probando su ganada autonomía, de la mano del caminar y empezar a hablar, sin duda son tremendos cambios. Hoy alguien me comentaba que en esos casos era buena una presencia masculina, papás, tíos, afines, que los niños se quedan piolas si en el momento en que no se quieren mover, vienen "esos brazos" a moverlos y contenerlos. Expliqué encogiéndome de hombros que... mi hermano vive en otra ciudad, bromeé que empezaría a ir al estadio, siguiendo el consejo de mi papá: ahí hay hombres, jeje. Pero bien, asumo como muchas mujeres, "hacerlas todas", nuestros brazos acunan, abrazan, acogen, contienten, como también retienen y obligan. Sobre esto una vez llegué a un artículo que me orientó (en la misma página de familia libre hay muchos artículos interesantes, algunos sobre disciplina positiva y educación respetuosa).
En fin, durante la jornada, que por lo dicho resultó bastante agotadora para quien escribe, Renata identificó a varios animales, pero a muchos también confundió con perros. Se le insistió en que eran llamas o leones, pero para ella eran perros, obvio: si hay perros de tan distintos tamaños y versiones, por qué esos no iban a ser perros!, jeje. Lo que notaba ella además era la caca que hacían los supuestos perros. Jeje, ella entiende y habla de esas cosas, lo que me parece genial. Y bueno, también mucho le gustaron las jirafas, pero su mejor encuentro fue con los loros. Se quedó muy animada viéndolos y solita empezó a imitar su "sonido", se concentraba y resultó perfecta imitadora, hermosa!!!
Otro momento además compartido con su amiguita Emilia, compañera de aventuras desde hace quizás cuánto tiempo. Hoy pensaba en el momento en que con su mamá nos hicimos amigas, vestidas de uniforme en una estación de metro, tendríamos unos 14 o 15 años, y nos quedamos pegadas, fusionadas, hablando de los misterios de la vida y del universo, mientras el flujo urbano seguía a su ritmo, nosotras en nuestro propio tiempo... sin tener idea de todo lo que nos depararía el destino... Algunas veces bromeamos con que nuestras dos bebés se pusieron de acuerdo para venir juntas, que una empujó a la otra para venirse a esta vida...
Y bueno, ahora les toca compartir de estos panoramas, tan importantes que pueden ser en sus vidas estos momentos... y se pasan la semana acordándose la una de la otra, y cada vez interactúan más de una forma muy divertida y variada, cada una mostrándose en su carácter y particularidad, se enojan, se pelean, se reconcilian, se consuelan mutuamente, a su manera, se quieren, se dicen cosas. Hermanitas, de alguna forma, cosa bella, tremendamente poderosa y positiva. Es muy lindo, son muy bellas!

3 comentarios:

alvaro dijo...

Hola hermana:
Me recordaste aquella vez que fuimos al zoológico con la Antonia. No recuerdo si fue su primera vez, es muy probable que sí, yo no tenía más de 12 años, hay unas fotos por ahí de ese día. Para la Antonia los animales se dividían en guau y mp,mp (caballo).
También recuerdo la primera vez con la Carla, tenía casi tres años (ya no vivíamos en Santiago), por lo que ya reconocía bastante bien a los animales.

Jime... dijo...

Hermosas experiencias de vida, hermosas! :)

Alejandra dijo...

Hermano: yo que tengo una pésima memoria no me acuerdo de ese paseo con la Antonia, pero sí me acuerdo de las fotos, ella estaba chiquita como la Renata...