Cuesta regresar...

Aprovecho mis últimos ratitos de vacaciones para incorporar esta nueva herramienta para mostrar imágenes, que encontré en el blog de Alex. Como suele suceder, después de varios ensayos, quedé feliz con el resultado!
Las imágenes son de nuestras últimas vacaciones en Lican Ray, verán lo divino que es el lugar y qué bien lo pasamos...
Y cuesta regresar, digo, a la ciudad, dejar atrás esos días felices, pero no solo se trata de eso. Hace tiempo que no sentía esto, especie de angustia de enfrentarme a todo lo que viene. Empecé el año con mucho optimismo, pero la verdad es que me ha tocado estos días vérmelas con mis temores e incertidumbres que había estado evitando, con los temas que me molestan y que no he resuelto... y como que aparece ante mí un año pesadísimo ¿cómo será esta vez? ¿podré con todo? ¿podré darle a Renata lo que necesita, estar tan disponible para ella como lo requiere? ¿podré avanzar realmente en las cosas que quiero? ¿contaré con los recursos...? ¿podré sostener un ánimo que me permita disfrutar? ¿habrá tiempo para descansar y para otras cosas? ¿vendrán otros cambios? ¿cómo nos afectarán....?
Y todo sumado o "fusionado" con la famosa "separación emocional" que se supone que viene en camino o tendría al menos que iniciarse este año, y la verdad es que leyendo los libros estos de Laura Gutman, le creo lo que dice respecto al tema... y sucede que al menos de momento no tengo los recursos necesarios, creo que no los tengo...
Y bueno, estos días Renata no ha estado durmiendo bien. La paso para mi cama. Tendrá sus propias revoluciones, o tal vez compartimos de las mismas. Las nuestras y las suyas. Volvió al jardín, en realidad pasó de la sala cuna al jardín, no debe ser tan fácil para ella, aunque durante la jornada esté feliz y me cuenten lo bien que comió, que estuvo y que disfrutó. A Renata le está costando dormirse y en la noche se despierta como cuando era un bebé chiquito, llora, patea y estira sus bracitos como buscando agarrarse de algo... Y yo espero que se calme con solo pasarla a mi cama, pero necesita más: que la acune, que la atienda, que deje de intentar ordenar adentro, afuera o donde sea, que esté con ella. Y a veces me siento cansada y confundida, pero probablemente ese pensar o intentar ordenar no me conduzca a nada. En realidad parece que nunca me ha conducido realmente a ninguna parte, siempre vuelvo al mismo lugar. Quizás solo Renata ha logrado llevarme a otro sitio en el que al fin, solamente estoy...
Pero bueno, sigo con todo revuelto. Serán cosas de marzo. Cierta dosis de confianza, sin embargo, creo que me ayudan a seguir, con todo...